Ya toca. Después de al menos dos meses sin hablar de nada que no sea coronavirus, una nueva palabra se ha colado en la agenda de todos los hogares y empresas para iniciar una progresiva transición de vuelta a la actividad: desescalada. Toca poner fin a los parones forzosos, asumir la nueva normalidad que se avecina y pensar en las técnicas para que el ritmo de nuestros esfuerzos de marketing vuelva a ser el habitual. Por eso, tras muchas semanas pensando en las mejores formas de comunicar durante el coronavirus, ahora llega el momento de preparar también la desescalada en la comunicación.
Al igual que en otros muchos ámbitos de la sociedad, la pandemia deja algunas valiosas lecciones que podemos aplicar de ahora en adelante. Si cuestiones como el teletrabajo, la higiene o la distancia social han venido para quedarse, también en la desescalada en la comunicación podemos comenzar a incorporar elementos y matices que, sumados a lo que ya hacíamos bien, nos ayuden no solo a recuperar el ritmo habitual, sino a tener un regreso más fuerte. Aquí van algunas claves:
Enfócate en el futuro
No hay nada más antiguo que un periódico de ayer. No se trata de hacer como si nada hubiese sucedido, sino de mirar adelante y avanzar. El coronavirus ha sido uno de los mayores puntos de inflexión a nivel mundial en las últimas décadas, pero seguir basando nuestro mensaje en él puede hacer de nuestra comunicación algo monotemático, anodino y agotador para quien recibe los mensajes desde el otro lado.
No hace falta seguir buscando entretener a la gente que está metida en casa, compartir consejos para el confinamiento ni alertando de las consecuencias de un virus del que todo el mundo ya conoce sus efectos. La desescalada social debe traducirse en una desescalada en la comunicación: hablemos de presente con clave futuro, de planes y proyecciones para volver a la normalidad o adaptarnos a la nueva realidad y, sobre todo, de qué hacemos y cómo navegamos esta ola.
Turno para apostar por la RSC
Una de esas valiosas lecciones comunicativas que deja el coronavirus es que la RSC es uno de los grandes activos para la identidad corporativa de cualquier empresa. La forma en que la sociedad ha acogido a las empresas que han arrimado el hombro durante esta pandemia, el aumento de su percepción social y el prestigio de los valores demostrados señalan un camino muy claro: por cada gesto que una empresa tiene con la sociedad que le rodea, la sociedad lo agradece y devuelve.
En ComunicAlicante hemos vivido muchos ejemplos con nuestros clientes: hoteles que ofrecen vacaciones gratis a personal sanitario, salones de boda que preparan comida para personas necesitadas, productores de fruta que reparten su producto en hospitales, colegios que donan material a ayuntamientos… Muchas pequeñas acciones que hacen del mundo un lugar mejor y que muestran el poder que la RSC tiene en la forma en que las personas ven a las empresas.
Da un giro a tu mensaje
Si algo nos ha dado esta pandemia ha sido tiempo y perspectiva para plantearnos cosas más allá del corto plazo. Y eso, en la mayoría de los casos, se ha traducido en nuevos matices que incorporar a nuestra actividad, nuevas estrategias sobre la mesa y planes de acción con los que buscamos llegar al siguiente nivel.
Por ejemplo, retomar viejos perfiles en redes sociales a los que no prestábamos tanta atención, explorar targets a los que hasta ahora no enviábamos mensajes o lanzar esa campaña que teníamos aparcada y por fin hemos podido pararnos a pensar y plantear. Por bien que lo estuviésemos haciendo, todo es susceptible de mejorar y de encontrar nuevas vías de progreso.
La comunicación es un reflejo de la realidad. Si la realidad ha cambiado, nuestra estrategia comunicativa también debe adaptarse al entorno. Retomar la marcha desde donde la habíamos dejado supondría estancarse y no mostrar que, a nuestro alrededor, y por mucho que queramos hacer como si nada hubiera pasado, todo es diferente. Comuniquemos diferente.